martes, 7 de junio de 2011

Turismo de aventura: viaje al país de la fantasía

Muchas veces nos preguntamos qué será lo que está pasando por esa cabecita cuando por la circunstancia que sea algún comentario suyo nos deja sin respuesta.
Y es que en su fantasía no hay límites.  Cómo un grifo que se abre fluye de pronto todo lo que su mente infantil crea, sueña, juega, anticipa, recuerda.
Y es maravilloso acompañar a nuestros niños en ese camino y que ellos nos permitan entrar en ese mundo, aunque a veces no sepamos o no recordemos cómo hacerlo.  Es saludable para nosotros y para ellos compartir esa fantasía que nos hace sentirnos más cercanos, comprenderlos mejor.
La memoria a veces se pierde, por eso me gusta dejar imágenes de esos momentos que por algún motivo incierto se han quedado guardados, no se han querido ir.
Será porque Santi siempre se ha sentido fascinado por las palabras y desde pequeño ha hablado con mucha claridad, que algunas palabras, las de la época de la "lengua de trapo" quieren seguir siendo recordadas: cómo por ejemplo su "gavabundo", que pedía cada vez que quería ver a Golfo, su héroe, canino y seductor, conquistando a Reinita, tan femenina ella...
En etapas posteriores aparecieron los legendarios superhéroes, esa especie inagotable de buenos, superbuenos, villanos y malos ultramalísimos que siguen ocupando un lugar de privilegio en su mundo imaginario y a veces no tanto.
Pero los tiempos cambian y los niños crecen, también cambian sus intereses y así llegamos a la actualidad, a sus casi siete años.
La fantasía continúa, la dama y su "gavabundo" no están ya, pero han dado paso a ciertas cuestiones quizá más complejas pero no menos interesantes: ahora el primer plano es para los experimentos, probar a mezclar todo con todo, o mejor dicho cualquier cosa con cualquier otra y preguntarse como el científico más riguroso:
¿Qué pasará? ¿explotará?¿desparecerá?!!!!
O como este nuevo polo magnético de origen televisivo: los sueños premonitorios.  Su interés nació seguramente por la curiosidad que despertó en él escuchar una palabra tan rara en boca de uno de sus personajes más queridos en este momento: el gato espacial, y que ahora quiere investigar para poder autoproducírselos.
Anoche lo preguntó: ¿cómo hay que hacer para tener un sueño premonitorio? Porque yo quiero uno.
No sé si hay respuestas para algunas preguntas pero en todo caso lo más importante es no dejar de preguntar.  Y sobre todo, no dejar nunca pero nunca de jugar

No hay comentarios:

Publicar un comentario