miércoles, 5 de junio de 2013

Altas Capacidades Intelectuales y Enriquecimiento Curricular










Lo que comenzó como simple curiosidad, la reiterada pregunta de cada año a sus maestros, ¿cómo va Santiago en el colegio?, fue dando respuestas a lo largo de toda su vida que más o menos iban en esta línea:

Etapa de guardería (0 a 3 años): Muy sociable y gran hablador incluso desde el balbuceo, perfectamente adaptado, muy inteligente pero también muy disperso.  Mencionan su "tempo lento".

Infantil (3 a 5 años): Inteligente y participativo pero muy disperso.  Aprende a gran velocidad .  A los 3 años lee con fluidez.

1er curso (6 años): Muy inteligente aunque con una gran dispersión.  Muy sociable y participativo.

2do curso (7 años): Se lo ve algo inmaduro y muy disperso.  La profesora nos sugiere una consulta neurológica y estudios por probable TDAH.  Jamás se había apreciado ningún indicador de hiperactividad.

Comenzamos con una indagación que incluyó visitas a pediatra, neurólogo y psiquiatra.  Se practican desde analíticas de sangre para verificar niveles de hierro, pruebas neurológicas para definir indicadores de posible déficit de atención y baterías de tests psicológicos para valorar su nivel de inteligencia.


Resultado:  Puestos en común todos los resultados se descarta el déficit de atención, se verifica la normalidad de las pruebas clínicas y neurológicas y se concluye que el motivo de la dispersión es resultado de un elevado cociente intelectual que lo sitúa como "Posible alumno con altas capacidades intelectuales".

A partir de este momento comenzamos a informarnos para ver cómo ayudar a Santiago a tener una escolaridad lo más normal posible ya que su sensación de aburrimiento, que luego se traduce en dispersión, no le hace nada grato su paso por las aulas.  Y la sensación lamentablemente va en aumento.  Si bien académicamente logra resultados óptimos, el panorama a corto y mediano plazo empieza a ser preocupante.
¿Por qué?

Porque la escuela no le va a dar las respuestas que necesita.  En su esquema de funcionamiento no hay espacio para la personalización de la enseñanza a menos que tengamos la fortuna de encontrarnos con un profesor que ponga empatía y buena voluntad.  Y en este curso más bien ha ocurrido lo contrario.

Hemos tenido la suerte de recibir un gran apoyo por parte de las orientadoras que, a pesar de su escasísimo tiempo ya que atienden a más de una veintena de escuelas públicas de Madrid, nos han dedicado la mejor atención que se podría esperar.  Nos reciben siempre que lo necesitamos, nos escuchan, nos responden, nos aconsejan y, lo más importante, se han tomado la molestia de conocer a Santiago más allá de las evaluaciones, como la persona que es.En una sociedad en la que muchas veces nos sentimos apenas números, ser tenidos en cuenta de este modo no es algo menor.

¿Y ahora cómo seguimos?
 No nos tomó por sorpresa que su tutora eludiera ocuparse del enriquecimiento curricular.  A ella le supone algún tiempo más de trabajo, poco en realidad, pero no está por la labor y así lo manifestó.  Por lo que las orientadoras consideraron la posibilidad de que yo misma me ocupara y a lo que accedí encantada.

No es lo ideal pero sirve.  No es lo ideal porque la escuela le sigue resultando agotadoramente aburrida, pero sirve porque el enriquecimiento tiene como uno de los ejes el desarrollo de la inteligencia emocional.

Así que, una vez conseguido nuestro material, el libro "Puedo 1" de Maite Garnica Betrán, lo estamos disfrutando y aprovechando porque de lo que se trata principalmente es de aprender con gusto y de ser feliz mientras se aprende.




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